Queridos hermanos  y fieles adictos al placer prohibido: heme contento ante ustedes contando uno mas de mis encuentros pecaminosos, esta vez con quien es ya una leyenda en el mundo de las escorts,  la  sin par Madison, la famosisima Chiskeada… he aqui lo que ocurrio aquella tarde memorable.

Y en verdad os digo que es una experiencia que ninguno de ustedes debe negarse.

Los ires y venires:

 

Ese primer dia de septiembre, camino al Paris, recibo la llamada de El Marcos; tras el saludo fraterno, me dice lo que no pense que oiria alguna vez:

-“Ahorita no tengo ninguna de las Dolls que escogiste…”

-Pero ya voy en camino….

Desde tres dias antes, tenia ya puesto el ojo en una de las bellas Dolls y tenia mi tercia preparada; siempre tengo mis 3 opciones; uno nunca sabe y asi no me falla. Pero esta vez, me quede sin opciones… Respire hondo. La voz de El Marcos, me devuelve a la realidad:

-“Pero me queda una opcion, Madison. No la conoces aun verdad?”

Y claro que la tenia apuntada en alguna lista de Dolls que aun me quedan por conocer.

Pero habia oido que estaba como semiretirada, y ya no se sabia mucho acerca de ella.

Sin embargo, apenas su nombre resono en mi cerebro, le conteste:

-Venga a nos tu reino, hagase tu voluntad….

 

Tras despedirme del afable Marcos y recordarle que tiene que pasar al confesionario, segui mi recorrido desde la Abadia hasta el Hotel Paris. Una travesia en linea recta de casi 25 kms que me ayuda a ir meditando y bajar el nivel de stress y la ansiedad que siempre me asalta cada vez que tengo una cita con las Dolls de Alicia. Solo debuts hasta ahora y sin haber podido repetir.

 

Un mensaje al sabio Fenix, me confirmo lo que ya sospechaba: que me enfrentaria a una de las doncellas mas habilidosas en el mundo de las Dolls; la perspectiva me hizo sudar mas…

 

 

La leyenda de la Chiskeada:

 

Fue Kuffi, un cliente asiduo de ADH, quien subio al lugar de honor a Madison hace ya casi un ciclo solar y fue el quien la bautizo como la Chiskeda, ya que ella misma menciono que asi le decian.

Llegue al sitio de encuentro y recibo nueva llamada de El Marcos. Le menciono que ya estoy instalado, y le doy el numero de habitacion: 204

-“Ya no tarda, debe estar en 5 minutos…”

-Danos hoy nuestro pan de cada dia…

 

En el interin, me entretuve viendo unas escenas de un par de lesbianitas muy malas, pero finalmente puse el canal de Multimedios para estar pendiente de las noticias.

Un mensaje del demonio Asmodeus, me recuerda del proximo encuentro del Bien y el Mal.

Suenan unos leves toquidos en la puerta. Luego se escuchan mas fuertes.

Abro la puerta y doy paso a la legendaria Madison: toda sonrisas, estirandose en sus elasticas piernas, su micro short que resaltaba sus gluteos redonditos la hacia verse irresistible; mientras no podia de admirar su cabellera negro azabache, sus oyuelos en las mejillas y su mirada con aire infantil que inquieta junto con su rostro angelical.

La tipica Lolita.

 

-Bienvenida, preciosa novicia-. Le digo a la par que me da un beso

Y  nos ponemos  comodos a charlar, ella muy sencilla, abierta.

Admiro sus ojos y su cutis de colegiala; me cuenta sus ultimas peripecias y como toda profesional que se respete, me pide permiso para cambiarse.

 

Yo aprovecho para darme un regaderazo, y quitarme la calor que aun me tiene atenazado. Al salir de la ducha, por el espejo, veo una escena que me paraliza el pulso.

Madison esta de sentada medio hincada en medio de la cama, trae un conjunto rojo escarlata, su cabellera negra hace contraste con su piel de marfil y sus ojos bajos, al sentir mi presencia, sonrien iluminando la habitacion.

-Virgen Santisima…- alcanzo a murmurar.

La abrazo por la espalda y ella se da la vuelta, rodamos por la cama y su risa infantil llena el cuarto. Las zapatillas blancas ruedan y nos fundimos en un abrazo profundo y los besos se prodigan sin restriccion.

 

 

Felacion chiskeada

Usando una toallita humeda, Madison practica una suave profilaxis de mi glande (aunque estaba recien lavado), provocandome escalofrios mortales; sin pedir permiso esta vez, empezo a succionar mi feliz miembro que a su contacto crecio instantaneamente a la par que me deleite con su traserito firme y delicado, pues logre alcanzarlo con una de mis manos. La tortura que recibi de Madison me llevo casi al estado de consumatum est, pero logre detenerla antes de que acabara conmigo.,

 

Ahora le correspondi su felatio y de paso descubri que la Chiskeada tiene muchas cosquillas; se retorcio cual anguila ante el ataque que mis dedos, manos y labios le propinaron en su delicioso cuerpecito. Su cadera y muslos son parte de sus puntos debiles; estalla en risas al sentir mi contacto. Bajo a su monte de Venus, ya esta humedecida; mi lengua abre sus labios y doy con toda dedicacion, un culiningus que la hace gemir sin tregua por largos minutos.

 

Su lengua me recorre el escroto; luego su mano delicada sube y baja sobre mi miembro y su lengua me aprisiona el glande, sin misericordia.

Al borde del paroxismo, hago un pequeno alto. Una charla de unos minutos, enfria mi sangre que se desboca; volvemos al abrazo, y entonces vendra el momento supremo.

Comienzo a abrirme paso por la estrechez virginal de Madison, que empieza a gemir sin parar, sus paredes son un tormento divino; sus piernas estan en mis hombros y la penetro mas profundamente, ella sigue con sus quejidos y me empuja con sus manos las caderas, quiere mas bombeo y me desbarato en el intento, su cuevita avorazada me exprime cual extractor de jugo de zanahoria. Mis temblores acaban poco a poco; el pulso se normaliza, mi vision se recupera y alcanzo a decir:

-En tus manos encomiendo mi espiritu-

EPILOGO

Ambos terminamos abrazaditos, compartiendo anecdotas sexuales; ella muy docta por lo que pude apreciar en breve charla.

Segui deleitandome con su piel de durazno, ella solamente se estremecia ante el contacto.

Me entretuve con los deditos de sus pies que le fui tronando uno a uno; sus bubbies de puber tambien son deliciosas y sus labios dulces fueron mi recreo esos ultimos minutos que estuvimos esa tarde.

 

Y como todo tiene un final, asi fue esta ocasion.

Nos despedimos ella pidiendome perdon:

-“Perdoname Padre”

Y yo le di la absolucion, a mi novicia chiskeada, sin titubear.

 

 

Amen!

Comentarios

  1. Excelente relato compañero, no he tenido el gusto de conocer a alguna chica de ADH, pero espero pronto poder tener una experiencia con alguna de ellas asi como la que nos cuentas. Saludos.

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