Bueno, esto sucedió una calenturienta noche de Julio, Me llamo Leo tengo 18 años y soy de Monterrey, México. Como la mayoría de los jóvenes de mi edad, a los que les gusta irse de fiesta a los antros los fines de semana, así me pasó esto, en ese tiempo yo no tenía novia, estudiaba en la Universidad en la mañana y trabajaba en la noche, tenía libres los fines de semana, entonces había quedado de irme con una prima a uno de esos antros que acababan de abrir.

La verdad es que me gustaba mucho salir con mi prima, nos llevamos bien, pero aparte pues desde hace tiempo que yo la veía más como mujer que como parte de la familia, muchas veces en mis fantasías ella era la protagonista, por eso trataba de llevar una buena relación con ella y muy a menudo salíamos a pasear, así pasó esa tarde de sábado había pasado a la casa de mi prima para irnos, no estaban mis tíos, así que pues todo estaba normal.

Mi prima se llamaba Mary, tenia la misma edad que yo, medía como 1.70, era una morena de fuego, tenía un lindo trasero que se hacia notar con esos jeans apretaditos, unas lindas piernas que sabia lucir con esas minifaldas que volvían loco a cualquier sujeto que la miraba, además de unos bien formados pechos que saltaban a la luz en esas apretadísimas blusitas que usaba.

Bueno, como les decía, mi primita estaba buenísima, y como dice el tradicional dicho: «A la prima, se le arrima», pero en fin ese día transcurrió normal, bajó de su cuarto y me impactó lo hermosa que se veía, traía una faldita negra y una blusita blanca, en pocas palabras estaba buenísima! nos fuimos de fiesta al antro, bailamos y tomábamos una que otra bebida, de esas que les dicen «aguas locas», ya se imaginarán porque se llamaban así y cual era el contenido, no pues así transcurría la noche, pero yo trataba de no tomar tanto, porque yo era el que tenia que manejar y pues no quería andar súper ebrio, cosa que mi prima no pensó y siguió tomando, ya las cosas se empezaron a subir de tono.

Mi primita empezaba a bailar más cachondón movía su culito y me lo repegaba a mi pene que al sentir el contacto ya como que también se estaba excitando, muchos de esos roces eran para aprovechar y meter mano por todas sus curvas, de repente mi mano recorría su lindo trasero y esas linda piernas que ella tiene, ya en mi reloj eran las 3.30 de la madrugada, decidí que era hora de irnos, ella ya venia súper ebria, en el transcurso del antro a la casa ella se quedó dormida en el asiento, yo puse un poco de música para distraerme porque me estaba dando sueño, las calles estaban un poco desiertas y llegamos a la casa de mi prima, con sus llaves abrí la puerta, entramos, y al llegar a la sala, me di cuenta que en la mesa estaba una nota de parte de mis tíos que decía » Fuimos al hospital, tu tía Elsa iba a tener a su bebe, volvemos luego», mi prima estaba en el sillón, no puedo creer como dormía.

De tanto insistir por fin despertó, le dije lo de la nota que dejaron sus papás, de repente ella se volvió a recostar al sillón, el clima era caluroso, fue en ese momento que mi prima me dijo: «tengo mucho calor» y se quita las zapatillas, enseguida se desabrocho la blusita que tenia puesta, y una vez más dejó al descubierto esa zona maravillosa, se veían esos calzoncitos blancos y detrás de ellos estaba la conchita que tanto había soñado y había querido tener a mi merced, entonces fue que ya no aguantaba más, mi erección era notoria.

Estaba súper caliente, así que me bajé el pantalón y me quité la playera, estaba en calzoncillos, fue cuando de poco a poco me acerqué a mi prima, acaricié sus piernas, me fui metiendo hasta llegar a su conchita, por fin la tenia entre mis dedos, mis dedos la acariciaban con mucho cuidado, en eso que bajo el zipper de su falda, se la fui bajando lentamente, y me quedé asombrado, tenia todo el culito de mi primita para comérmelo yo solo, despu&eacute

;s me dispuse a desabrochar su blusita, solo quedó en sostén y calzones, desabroché su sostén quedando al aire esos lindos pechos, eran rosaditos, tenían sus pezones bien paraditos y estaban bien formados, entonces le chupé sus senos con mucho cuidado, los acariciaba, era un sueño tener a mi primita a mi merced en esa situación.

Empecé de nuevo a acariciar sus piernas, me fui hasta su conchita, mis dedos hicieron a un lado los calzones y empezaron a rozar sus labios vaginales, me acerqué y empecé a mamársela, de pronto ya estaba bien húmeda, entonces me decidí a bajar sus calzoncitos y cuando lo hice, me quedé asombrado, tenía la conchita más linda que había visto y tenido enfrente de mí, bien rasuradita y sabrosa, tomé sus calzones y olía ese olor a mujer, el cual vuelve loco a cualquier hombre, se la volví a chupar, después metía mi dedito por su vagina.

Ella solo hacía gemidos de placer, pensé que estaba dormida, de repente abrió apenas sus ojos y estalló en un orgasmo, se chorreó toda, me saqué mi fierro, ya estaba bien paradito y listo para la acción, así que me acomodé en el sillón, me senté y cargué a mi prima, la acomodé a un lado de mis huevos, la levanté y le metí mi fierro, ella soltó un ahhhhh y seguido de, la quiero todaaa, empecé el sube y baja y seguían sus gemidos aaaaaaaaaaaaaaaah, ahhhhh, másssssssss, másssssssss, yo trataba de ser lo más cuidadoso, con el paso del tiempo la cogida iba más rápido, solo sentía los rasguños de ella en mi espalda, y tuvo otro orgasmo, volvió a chorrearse, yo también ya me quería chorrear, pero no quería terminar aquel bello momento, fue entonces que le saqué el pene de su vagina, se la empecé a mamar, ella gritaba de placer y yo no quería terminar tan rápido, quería disfrutarlo como nunca.

Después se sentó en el sillón y yo me senté enfrente de ella, pero en el suelo, decidí estrenarle ese culito hermoso que tenia, aunque ella ya no era virgen nunca había tenido sexo anal, así que le sugerí estrenarla, despacito, con la crema por favor, me suplicó, el condón estaba sobre la mesa frente al sillón, me paré a traer la crema que mi prima tenia en su cuarto, me di cuenta que la excitación de ella era muy grande, me puse él condón y lo embadurné con la crema, lentamente se lo apoyé en su apretado culito, mojando en su conchita mi verga con sus jugos, y despacio, muy despacio le metí hasta la mitad, ella gritaba pero seguí metiendo, hasta que mis huevos chocaron con sus nalgas.

La sensación de tener mi fierro tan apretado y los gemidos de mi prima, me ponían muy caliente, no deseaba correrme dentro de ella, le di varios bombazos y se la puse de nuevo en su concha, me detenía cuando sentía que me venía, mi prima me pedía másssssssss y másssssssss, y mi pene era bañado por cada uno de sus orgasmos, ya llevaba como 40 minutos en la cogida con mi prima hasta que decidí darle la ultima embestida, de tal manera que lo disfrutara, así que me acomodé y se la empecé a meter, ella sentía todo placer y yo trataba de dárselo, se la metía con más fuerza cada vez, pero llegó el momento en que el éxtasis era demasiado, y me chorree dentro de ella, se sintió una gran sensación de placer.

Era la cogida más rica que habíamos tenido, y parte la habíamos disfrutado a pleno, al final saqué mi pene y ya con cuidado la alcé en brazos y la llevé a su recámara, nos besamos profundamente y la dejé dormir, por mi parte ya eran casi las 5.00 de la madrugada, me dispuse a dormir en el cuarto de al lado y pensaba en esa experiencia maravillosa que habíamos tenido, no dejaba de pensar en eso, pero ya tenía mucho sueño, así que quedé rendido.

A la mañana siguiente mis tíos habían regresado y no se imaginaban lo que había sucedido con mi primita, ese día volvería a quedarme con mi prima en la mañana, ya que mis tíos volverían al hospital a cuidar a la tía que había dado a luz, y regresarían hasta tarde, tal vez me preguntaba si volvería a ocurrir algo maravilloso como lo que había pasado el día anterior, pero eso se los contaré en el próximo relato.

 

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