Un amigo dice que el único sexo casual es el que se da dentro del matrimonio. El pobre lo dice con conocimiento de causa: cada día llega del trabajo más cansado y, apenas se mete en la cama, “se muere”. A su mujer le pasa lo mismo. Y también conozco gente que se ha quedado dormida involuntariamente en plena sesión de placer oral. Morfeo no sabe de orgasmos.

Si rebobinamos nuestra vida sexual recordaremos que tales situaciones nos han fastidiado, me refiero a tener sexo y que el fulano o la fulana se echaran a roncar como cabrones apenas concluida la faena. Cualquier ser humano con sentimientos  aspira a conversar un poco, a que le hagan mimitos, otros no, claro. Pero según una encuesta de la Universidad de Michigan y la de Albright, en Pensilvania, no hay que tomárselo a mal pues dormirse enseguida después del acto podría ser un indicador “del deseo de una unión más fuerte y un afecto mayor”. Digamos que si se duerme es que la cosa va en serio.

Las mujeres suelen vivirlo mal, sobre todo cuando el vínculo es nuevo. Que el tipo quede frito sin haber emitido palabra (amable, en lo posible) deja un sentimiento de inseguridad y de vacío de afecto. Sin embargo el director del estudio mencionado, el doctor Daniel Kruger, encuentra que el hecho habla por si mismo, es el signo de “un mayor deseo de vinculación emocional, afecto y comunicación en aquellos participantes cuya pareja se durmió primero”….

“Dormirse antes de la pareja puede ser una manera no consciente de cancelar cualquier conversación de compromiso después de relaciones sexuales”, dijo la co-autora del estudio, Susan Hughes, profesora de psicología en la Universidad Albright College, y agregó que contrariamente a lo que pensábamos, son las mujeres las primeras en caer dormidas (y sí, a veces trabajamos demasiado).

Según los psicólogos “la reacción podría ser inconsciente y, esencialmente, una manera de evitar hablar sobre los sentimientos tras el sexo” (algo que me parece inteligente, las hormonas revueltas hacen que uno diga estupideces evitables). Pero una lectura más fina podría sugerirnos que, si él o ella se duerme primero, así como podrían no estar interesados en dialogar sobre el estado de su relación, también podría indicar que se sienten lo suficientemente cómodos como para entregarse al sueño reparador.

Y pensándolo mejor, es un gesto de confianza que vale mucho… ¿a quién le gusta que lo vean dormido, con el hilito de baba cayendo de la boca abierta  y respirando a lo motor de camión?

 

 

 

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